BERLÍN, Alemania.- En lo más profundo del cerebro se esconde el núcleo accumbens. A pesar de su pequeño tamaño es vital para el sistema de recompensas cerebral. Sin él, muy probablemente el sexo, la comida o ganar una primitiva no serían tan placenteros. Ahora un grupo de investigadores ha comprobado que también se activa con Facebook. Es más, su activación es un buen predictor de la reputación que cada uno tiene en la red social.
Científicos de la Universidad Libre de Berlín querían comprobar si la buena reputación, como una recompensa más, activaba el núcleo accumbens. Hoy, Facebook es el mejor sitio para la auto promoción y, al ser las valoraciones de los otros (los me gusta) públicas sirve como comparador social.
Por eso, reclutaron a un treintena de voluntarios de entre 19 y 31 años y de ambos sexos. Usaron la Escala de Intensidad de Facebook (FBI), una herramienta creada para medir nuestra presencia en la red social. La escala puntúa a cada uno de los usuarios en función del número de amigos que tiene en Facebook o cuánto tiempo pasó en la red en la última semana, entre otros valores.
Después, cada uno de ellos tuvo que realizar una video entrevista que vería un grupo independiente de personas. Lo siguiente fue registrar su actividad cerebral en diferentes situaciones con la técnica de la resonancia magnética funcional (fMRI). Mientras estaban en el escáner, se le iba contando a cada uno lo que habían opinado los independientes de él y del resto de participantes. En realidad no existía ese grupo independiente, pero los investigadores querían despertar al Narciso que todos llevamos dentro.
Los resultados mostraron que los voluntarios que recibieron opiniones más positivas sobre sí mismos generaban una mayor actividad en el núcleo accumbens que cuando oían el feedback positivo sobre los otros. Lo más interesante es que la intensidad de esta diferencia se correspondía con la puntuación que habían recibido en la FBI. Como variable de control, usaron un juego de cartas con dinero de por medio y, aunque, también aumentaba la actividad en esta zona del cerebro, las recompensas en metálico no mostraba una correlación con el uso de Facebook.